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experimentar las contradicciones sociales
doblemente. Es decir, "ser dos personas al
mismo tiempo [...] vivir como presente y
soñar como ausente. Es ser y no ser al
mismo tiempo; salir cuando se está llegando,
volver cuando se está yendo. Es necesitar
cuando se está saciado. Es estar en dos
lugares al mismo tiempo y no estar en
ninguno. Es también partir siempre y no
llegar nunca".
La experiencia de la circularidad deja
una profunda huella entre los migrantes,
pero también entre quienes quedan a la
espera de su retorno, lo que propicia,
después de movimientos reiterados,
profundos cambios en la vida comunitaria
y familiar y en los papeles que desempeñan
los miembros de los hogares.
Considerando la naturaleza y
complejidad de la circularidad migratoria, la
EMIF
reconoce que el examen de la migración
no puede limitarse a una sola dirección del
movimiento. Por esa razón, la
EMIF
identifica
varios tipos de flujos: a cada uno de ellos le
corresponde un marco de muestreo
específico y un cuestionario especial.
Gracias a encuestas como la
EMIF
, hoy
conocemos las tendencias de continuidad
y cambio que marcan la evolución del
fenómeno de la migración a la frontera
norte de México y hacia los Estados Unidos.
Los datos provenientes de las tres fases de
esta encuesta:
u
Destacan que el fenómeno migratorio
entre ambos países presenta un patrón
cada vez más compleja y heterogéneo,
con modalidades migratorios diversas,
cada una de las cuales registra
volúmenes cuantiosos. Los flujos de todo
tipo que ocurren en ambas direcciones
abarcan cerca de dos millones y medio
de movimientos anuales de personas
nacidas en México.
u
Indican que el origen geográfico de los
migrantes se ha extendido más allá de
las entidades y municipios tradicionales
de emigración.
u
Corroboran que es cada vez más notoria
la presencia de los migrantes procedentes
de los grandes centros urbanos y de las
ciudades intermedias del país, y que
la gran mayoría utiliza las ciudades de
Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo
y Piedras Negras como plataforma para
ingresar a Estados Unidos.
u
Establecen que el estado de California
es el principal destino del flujo, aunque
en los años recientes, debido—entre
otros factores—, al reforzamiento de la
Patrulla Fronteriza en sus principales
puntos de cruce, ha perdido importancia
relativa en favor de Texas.
u
Confirman la existencia de una demanda
considerable de trabajadores mexicanos
en Estados Unidos: casi todos ellos
obtienen empleo en el vecino país y, por
lo general, no tardan más de un mes en
encontrarlo.
u
Evidencia que los migrantes que
desempeñan una ocupación agrícola
ya no son mayoritarios ni en su lugar
de origen ni en el de destino.
u
Dejan ver que, en el último mes
de su estancia en Estados Unidos, la
remuneración media mensual de los
migrantes mexicanos ascendió a 900
dólares, la gran mayoría con sueldo fijo.
u
Arrojan luz acerca del papel activo que
tienen las redes sociales y familiares para
reducir el costo de la migración, aumentar
la probabilidad del traslado y apoyar la
inserción laboral de los migrantes en el
país vecino.
u
Finalmente, corroboran que una
proporción muy significativa de los
migrantes temporales pagan impuestos
en Estados Unidos, usualmente no
reciben prestaciones laborales y raras
veces recurren a los servicios de salud y
educación.
Algunos de los elementos brevemente
enunciados ponen de manifiesto que el
debate reciente en los Estados Unidos sobre
la migración se ha conducido con
frecuencia en tono alarmista y no guarda
correspondencia con las realidades de este
complejo y espinoso asunto. Hoy, como
ayer, la tendencia dominante ha sido la de
estereotipar a los migrantes. En los últimos
años, por ejemplo, hemos visto surgir