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información sobre los que han salido de él,
ya sea porque han establecido su residencia
en Estados Unidos o porque han decidido
no viajar más. Además, ya que su objeto de
estudio es la migración laboral, sólo incluye
a personas mayores de 11 años que se
dirigen a Estados Unidos para trabajar o
buscar trabajo, por lo que deja fuera a los
menores y a aquéllos que viajan con otros
motivos. Tampoco permite captar algunos
tipos de migrantes laborales: los que se
desplazan en transportes marítimos desde
México hacia los Estados Unidos, en
transportes de carga, en vehículos
particulares, en transportes aéreos que llegan
directamente a ciudades del interior de los
Estados Unidos; los residentes en la frontera
que deciden migrar a los Estados Unidos; los
llamados
conmuters y
los
visa abusers
.
Esto explica que en ocasiones se señale
que existen contradicciones importantes entre
sus datos y los que provienen de fuentes tales
como los censos y encuestas realizados en
hogares, en Estados Unidos o en México. Sin
embargo, estas disimilitudes son atribuibles
a que en cada caso se analiza un universo
de población diferente.
Uno de los aspectos en los que
encontramos mayores diferencias es el
que se refiere al sexo. En la
EMIF
, las mujeres
constituyen únicamente el 1.9 por ciento
de los migrantes que regresan de Estados
Unidos, y 5.6 por ciento de los que se dirigen
a ese país provenientes del sur (la presencia
femenina es mayor entre los deportados,
10.7%), en tanto que en la
ENADID
representan
el 23.6 por ciento, de la población que vivió
o trabajó en Estados Unidos de 1986 a 1992.
Estos contrastes pueden atribuirse a varios
factores: según se ha detectado en los
estudios microrregionales, muchas mujeres
sólo migran cuando tienen papeles, y,
cuando esto sucede, pueden viajar
directamente desde su lugar de origen y
regresar de la misma manera, sin necesidad
de dirigirse a la frontera. También se ha
encontrado que los periodos de estancia
en Estados Unidos en el sexo femenino son
mayores, probablemente por las dificultades
del cruce, pero, por lo mismo, es más difícil
que sean captadas por la
EMIF
. Además, es
mucho más usual que las mujeres viajen
con propósitos no laborales, lo que se
comprueba con la información de la
ENADID
,
en la que, cuando se considera únicamente a
las personas que trabajaron en Estados
Unidos entre 1986 y 1992, la proporción
de mujeres baja a 16.2 por ciento. Es de
pensarse además, que cuando se desplazan,
muchas de ellas lo hacen de manera
definitiva, por lo que en el Censo de Estados
Unidos, se acercan bastante a la mitad
de la población nacida en México residente
en ese país (44.9%).
También existen contrastes importantes
en la información referente a la escolaridad y
a la actividad desempeñada por los migrantes
en Estados Unidos, lo que nos permite
detectar cierta estratificación dependiendo
del grado de involucramiento en la práctica
migratoria. Se encuentran en el nivel superior
los captados por las fuentes norteamericanas
como son el Censo y la
Current Population
Survey
,
2
y en el inferior, los registrados
por la
EMIF
. Así por ejemplo, en el caso de la
escolaridad, aunque no hay una equivalencia
exacta en la información, con los siguientes
datos nos podemos dar una idea. En el censo
norteamericano el 28.2 por ciento de los
nacidos en México, mayores de 24 años,
contaba con menos de cinco grados de
escolaridad; en tanto que en la
EMIF
, de los
provenientes del sur de esas edades, 74.5 por
ciento no terminó primaria; 76.1 por ciento
en el caso de los que venían de regreso y
68.3 por ciento de los deportados. En el
extremo opuesto, mientras de los migrantes
que se dirigen a Estados Unidos captados por
la
EMIF
, sólo 1.3 por ciento logró aprobar
cuando menos un grado de formación
profesional, 2.1 por ciento, de los que
venían de regreso y 1.2 por ciento de los
deportados; 12.7 por ciento de la población
nacida en México, registrada por el censo
norteamericano, había cursado estudios de
nivel profesional.
2
De esta población, presentan mejores condiciones de vida los
que han permanecido en Estados Unidos por un periodo mayor,
especialmente los que ya se han nacionalizado norteamericanos.
OMI